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X PREMIO NACIONAL DE POESIA "AMADO NERVO"

El premio consta de $75,000, reconocimiento y publicación de la obra.

Podrán participar todos los poetas mexicanos o extranjeros que demuestren con documentos, un mínimo de cinco años de residencia en la República Mexicana.

Los concursantes deberán enviar un conjunto de poemas de su autoría, mismos que deberán ser inéditos, escritos en español con tema y forma libre. El conjunto de poemas que se envíe, deberá presentarse por cuadruplicado, escritos en computadora con letra tipo Arial de 12 puntos, a doble espacio, en tamaño carta y por una sola cara, con una extensión mínima de 45 cuartillas y máxima de 60.

Los concursantes deberán firmar sus trabajos con seudónimo; adjunto a estos, enviarán en un sobre cerrado e identificado con el título de la obra y el seudónimo, un documento en el que se registren los siguientes datos: título de la obra, nombre del autor, domicilio, número telefónico, fax, correo electrónico y breve semblanza curricular.

El Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit cubrirá los cargos de traslado, hospedaje y estancia del ganador para que asista a la ceremonia de premiación que se llevará a cabo el 27 de agosto de 2011.

X Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2011.

Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit (CECAN).

Av. Allende núm. 40 al 46 Oriente, Col. Centro, C.P. 63000, Tepic, Nayarit.

Tel. (01 311) 216 72 70 y 217 93 28

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La Agonizante Espera: Crónica del Inicio del Verano

Me encanta ver tele. Es como que mi "placer culpable". Y veo de todo tipo de tele: desde los reality hasta las novelas. No creo que exista mayor placer en este mundo que el ver la tele, en verano, con una sodita y hielitos al lado... bueno, tal vez el sexo, pero de ahí en más, no creo... Lo malo de amar a la tele es que luego te enganchas con programas de televisión y luego cuando estos programas terminan sus temporadas te quedas con la angustiante pregunta de "¿Y ahora qué hago?" Sí, yo sé que luego viene eso de "get a life", pero no puedo evitarlo. Ya quiero que sea Septiembre y no por lo del encuentro de escritores, ni por el nuevo semestre de la preparatoria, ni por el cumpleaños, ni por el 16... Ya quiero que sea Septiembre para ver lo que sigue en mis programas favoritos.

Comenzamos con Glee. Es la parte light de mi obsesión por la tele. En esta segunda temporada nos tocó ver de todo en Glee --- lo más chingón es que Kurt ya regresó a New Directions y trae morrillo. En el capítulo del final de temporada, vimos que Rachel y Finn por fin regresan (en una escena de beso que francamente me quedé con el ojo cua-dra-do) y que Mercedes y Sam son una parejita (que ya me las olía venir desde el episodio de Prom Queen, cuando Sam le dice que se ve bien bonita y la saca a bailar, lo cual les dio esperanzas a miles que -- como yo --- esperan a uno así como el Sam... jajajajaja pathetic, I know...) Luego los que quisimos ver que Artie y Brittany se contentaran ps como que nos quedamos con las ganas, porque todo parece indicar que Brittany se queda con la Santana.. o no? Bueno, el caso es que llegaron a las finales de show choir en Nueva York y -- quedaron en 12vo lugar!! Que chida! Me gustó que no todo fuera de color de rosa... al menos le dan un puntillo de credibilidad al asunto... pero lo que sí no me gustó fue que la Quinn ora si bien compa de todo el mundo, inche vieja arpía, luego de que andubo de cábula toda la temporada. Espero también más couple-romance action entre Puck y Lauren... esos dos se me hacen bien geniales. Y, of course, mi dosis de Yaoi con Kurt y su morrillo... aunque casi puedo asegurar que va a terminar con el Karofsky en la tercera temporada. Tampoco me gustó la casi nula participación de la Coach Sue en esta temporada. Es probablemente uno de los personajes villanos más geniales de la tele --- ai por fa!!

Next. Grey's Anatomy... o como yo le digo, "de todo menos Grey..." Porque ya desde hace rato que se trata de todo menos de la protagonista de la serie, Grey! Pero bueno. Luego de un inicio ABURRIDO, todo se compuso cuando ya por fin Christina dejó de andar lloriqueando sus traumas. Creo que yo veo la serie nada más por Christina, porque de ahí en más me cae gorda la Lexie, me cae gordo el Avery, me cae gorda la pinche April, me cae gorda la Teddy (no me cae gorda, me cae en los guevos la cabrona), me cae gordo el Owen, me cae... bueno, ya en esa serie los que no me caen mal son el Alex, la Cristina y la Callie... aunque ya chole con Callie y Arizona. Ok, son lesbianas. Ok se casan. Ok, tienen un hijo. Pero ya parenle! AH! Y luego no conformes con no tener un story plot, le quisieron copiar a Glee!!! Oh por DIOS! QUE PENDEJADA!!! Osea, cantar las rolitas que han sido emblemáticas de la serie, orale, pero que al menos tengan SENTIDO dentro del episodio!! NI UNA DE ELLAS LO TUVO!!! Y ahi demostraron que lo unico que saben es cantar mal.. menos la Callie, ella si pobrecita, se chutó bien las rolas  pero de ahí en más, ni la Dra. Bailey que mas o menos le hace el try. Mi Dr. McDreamy estuvo todo grungy la temporada -- ya nada del Dr. McDreamy del que todas nos enamoramos en la temporada 1 -- y Mark? Mark NO SE VE BIEN cargando nenes.. se ve bien envuelto en una toalla, en mi recámara, ai porfas... Al que si también ya chole con la mala suerte es Alex Karev! Oye, la primera puta se le vuelve loca. La segunda, le da cáncer y ya buena y sana lo deja con todas las cuentas del hospital. Y ahora la tercera le roba su dream job!!! Ya! Osea, pobrecito, parece peor que perrito golpeado!! La escena del episodio 20 cuando estan en el bar con Cristina me conmueve por los ojitos todos lagrimeados ya de coraje.. Todo le sale mal.. ya ni porque se trajo a tanto lepe de Africa. Otro episodio que ni al caso fue la boda de Arizona y Callie. Ai les encargo...Al final, como todos lo intuimos. Al momento en que Meredith se casa (ya con juez y toda la cosa) con Derek, este descubre que Mer hizo un cambio en el trial del Alzheimer's (para ayudar a la esposa de Richard) y ya, asi de buenas a primeras la deja... sola, con la bebé que les acaban de dar de adopción. El Puto del Owen (así le voy a decir de hoy en delante) corre a Cristina de la casa porque Cristina no quiere tener hijos y resulta que esta embarazada y ps ella no quiere ah! pero el otro bien machito, verda? pos como no quiere... se me larga mija... Le recuerdo al puto del Owen que Cristina COMPRO esa casa ELLA, con SU lana.... asi que el que se tiene que largar a la chingada es él.

Me encantan los ojitos de mi Karev!!

Y para cerrar con broche de ORO... así, cabrón y de ORO.. Supernatural. Cabrón! Voy a SUFRIR Cabrón!!!! Luego de una temporada en donde Sara Gamble sacó a relucir lo NENA de Dean Winchester (ESPERO Y SE CHINGUEN A LA PUTA DE LISA Y AL MOCOSILLO ESE EN LA SIG. TEMPORADA!!!!!) y en donde el renacimiento de la Familia Campbell pasó SIN PENA NI GLORIA, tuvimos un final de temporada que nos dejó con el LE GASP!!! En la boca. Primero, extraño a souless Sam. Porque? Porque "normal" Sam de nuevo era el cero a la izquierda... al menos souless Sam tenía un poco de lemon and spice... y se veia hot and sexy con su boquita así toda seria... (ggaaaaa) pero bueno. Aquí lo chida estuvo en que poco a poco nos fuimos dando cuenta de que Castiel no era el buena onda que todos adoramos, sino que estaba en cahoots con Crowley, the King of hell para recuperar almas y así patiarle el trasero a Raphael para el control del cielo. Qué pasó? Que Castiel, casi rogándole a Dean que lo apoye, que le tenga fe, que confíe en él y el otro guey nooooo.. lo mandó mucho a la chingada (ta que'l Cas lo ayuda, viene cada que a este se le ocurre, le salva el trasero, etc etc etc) --- cuando le dijo que "we are not family" al Cas casi me dije, "this is gonna come back to bite you in the ass SO hard..." y efectivamente. Castiel logró abrir el purgatorio, absorber las almas y convertirse en una especie de dios. Ah y ahora si "we're family, cas!!" cabrón.... ps ahora que castiel parece ser el nuevo villano... que la barrera que Death le puso a Sam para que no recordara el infierno se cayó... y que Mary y John Winchester no están ni en el Cielo ni en el Infierno... ps aiga asté a ver qué nos depara en la 7ma temporada...

Será un verano largo. Y mi intención de ver en linea las series de televisión de Game of Thrones, los Borgia y otras no parece motivarme mucho. De todas maneras, deseo con todo mi corazón podrido que el verano pase rápido para poder regresar a ver a mis personajes favoritos en new adventures. La verdad no me gustaría pensar en lo que pasaría cuando anuncien "The Last Season" de cada uno de estos programas....

... excepto con Teddy.... REALMENTE me cae gorda esa pinche vieja
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Cómo Aceptar las Críticas de tu Manuscrito


critiques
Qué hacer cuando la crítica te parte el corazón

Has trabajado duro en una pieza de escritura. Has sudado en grande, has derramado lágrimas y has sangrado por tu narrativa. Has expuesto un pedazo de tu alma a través de tus personajes. Has escrito y re-escrito, revisado y pulido hasta que sentiste que era digno de publicación. Luego, lo llevaste a tus lectores Beta y lo destrozaron. El recibir críticas nunca es fácil. Digo, el trabajo de un crítico es encontrar las formas para que mejores tu escritura. Si no señalan las debilidades, no están haciendo su trabajo correctamente. Pero duele de todas maneras. Algunos escritores reaccionan de manera violenta con la crítica brutal. Otros lloran. Sólo los pocos seleccionados escapan de ella sin un rasguño.


Ser o No Ser Criticado

Asumamos que has tomado las precauciones adecuadas en elegir quién lee tu trabajo. Es decir, no le puedes dar a cualquiera y esperar recibir una retroalimentación que ayude. Recuerda que una buena crítica es honesta y comprende la importancia de enfatizar ambas fuerzas y debilidades de tu trabajo.

Pero aún las mejores críticas, las que tienen mejor tacto, pueden tomar una pluma roja a tu manuscrito y hacerlo trizas. Te dirán que detestan los personajes y esto los hizo perder interés en la historia. Encontrarán hoyos en la historia e inconsistencias. Y te dirán que algunas de las escenas y pasajes que creíste representaban tu mejor trabajo deberían ser eliminados.

Las críticas constructivas son difíciles de aceptar. Pero son esenciales para tu desarrollo como escritor, especialmente si estás iniciando. Aquí tienes unos consejos para enfrentarte a esas críticas que te duelen.



MANEJO DE LAS CRITICAS



1. Manda a tu Ego a Tomar una Siesta

Cuando estás del lado que recibe las críticas, tu ego es tu enemigo número uno. Se pondrá a la defensiva, enojado y ofendido por la más ligera sugerencia de que tu trabajo es menos que perfecto. Tu ego quiere discutir con tu crítico y defender tu trabajo. Apágalo antes de que leas o recibas la crítica y serás capas de manejar la situación con mayor objetividad.

2. Despréndete Emocionalmente

Le diste todo de ti a tu escrito y ahora alguien lo atacará. Eso no se siente bien, aún cuando la crítica dice un montón de cosas buenas acerca de tu trabajo, los comentarios negativos te van a doler. Tienes que desprenderte de tus escritos, aunque sea temporalmente. Eso no quiere decir que ya no te gusta, pro necesitas cambiar a la fase de "amor duro" por un momento.

3. Tú No eres lo Que Escribes



Tú eres una persona y tu escrito es algo que hiciste. Puede que sea una extensión tuya. Puede inclusive representarte y ser una serie de anécdotas. Pero no eres lo que escribes. Las críticas son acerca de tu trabajo, no acerca de tu persona. Sí, es difícil no tomar la retroalimentación de forma personal, pero no lo es.

4. Eres Humano

Nadie es perfecto. Ni una alma en este planeta es perfecto y eso te incluye. Mientras más pronto aceptes esto, mejor te irá en la vida, especialmente en tu vida de escritor. Ya que tienes errores, tu trabajo también los tendrá. Y puedes aceptar esto en toda la extensión de su significado, las críticas no serán dolorosas. De hecho, se volverán bastante placenteras.

5. Déjalo a un Lado

Cuando recibes retroalimentación por primera vez, es natural tener una reacción emocional. Y la voluntad del mundo no será suficiente para detenerte en sentir enojo o tristeza. Este no es tiempo para responder a tu crítico (con la excepción de un cortés "Gracias") y no es tiempo de hacer decisiones acerca de cómo aplicar la crítica en tu siguiente revisión. Siempre deja tus críticas de lado por unos días antes de comenzar el análisis y usarlas para mejorar tu texto.

6. Ve el Lado Bueno


Cualquier crítica decente va a decir algo bueno de tu obra. Si este no es el caso, es mejor buscar una segunda opinión o reunirte con otro taller de escritores. Siempre busca el lado bueno de la crítica a tu trabajo. Aún si es algo pequeño o minúsculo, hay que reconocerlo como un halago y como un éxito.

7. Encuentra el Subjetivo

Los críticos también son humanos. Con frecuencia inyectan opiniones simples a su crítica. Esto es bueno. El arte es subjetivo y saber que hay gente a la que no le gustará tu obra es una lección que se aprende mejor si se aprende temprano. El truco es saber qué partes de la crítica están basadas en el gusto y cuáles son objetivas. Por ejemplo, tu crítico puede tener problemas con la tecnología futurística en tu historia, pero de igual manera, a esta persona no le gusta la ciencia ficción (tu obra no es de su agrado). Por el otro lado, puede decir que los objetos que se usen 300 años en el futuro pueden ser más evolucionados de lo que tú describes, lo cual es una retroalimentación buena y objetiva que puedes utilizar.

8. Busca una Segunda Opinión

Si tienes dudas de una crítica, ten la libertad de buscar una segunda opinión. Este puede ser particularmente útil si sientes que la retroalimentación negativa fue basada en gustos o preferencias personales.


9. Traza un Plan

Una vez que has tenido tiempo de tomar una crítica con mente abierta, puedes comenzar a tomar decisiones acerca de cómo aplicar la retroalimentación de tu trabajo. No abras tu manuscrito y luego, luego revisar todo. En vez, elabora un plan. Decide qué partes de la crítica usarás y cuáles echarás por la borda. Es una buena idea de mantener las críticas a la mano; debes guardarlas en un fólder en caso de que las necesites para luego.

10. Mejora tu Trabajo

Aquí es donde todo el dolor y el sufrimiento de recibir críticas finalmente da frutos. Te sientas con tu manuscrito y lo mejoras. Luego de que aplicaste la crítica a tus revisiones unas cuantas veces, vas a ver cómo esas retroalimentaciones te ayudan a mejorar tu obra drásticamente, y se volverá en una experiencia invaluable.

Si estás buscando formas de mejorar tu trabajo, no puedes hacer algo mejor que obtener críticas, especialmente aquellas críticas profesionales que van a resaltar las fortalezas y señalarán las debilidades de tu manuscrito. A través de este proceso, vas a aprender a ver tu trabajo con mayor objetividad, como lector en vez de como escritor, y adquirirás las habilidades de hacer revisiones más significativas. Con el tiempo, las críticas serán más fáciles de aceptar, así que aguántate lo mejro que puedas y sigue escribiendo.

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Fashionista

El diccionario Webster define la palabra "Fashionista" como una persona que siempre está atenta a los estilos de la moda. El estar obsesionado con lo que se usa, o no se usa en la temporada, los zapatos que debes traer, los diseñadores, la alta costura, los colores, estilos y formas... todo esto entabla la palabreja esta de Fashionista...Mi pregunta es... ¿ser Fashionista es razón para ser un buen maestro? ¿Acaso el tener un buen sentido de la moda también implica que seas un excelente catedrático?

Recientemente, se aplicaron las evaluaciones alumno-docente. Los alumnos dan, en una evaluación de opción múltiple sus opiniones con respecto a sus maestros -- si dan bien su clase, si entregaron su syllabus, si tiene conocimientos... Lo que me choca es esa pregunta que viene más o menos así: "La forma de vestir del maestro es: (a) Excelente (b) Apropiada (c) Moderada (d) Nada Apropiada"

Lo que más me choca es que hay alumnos que de hecho resaltan el NO APROPIADO como si esto les impidiera aprender una materia...

No estamos aquí para darles un desfile de modas. Ni tampoco para vernos bonitos (as) y ser muñecas (os) de aparador. Estamos aquí para dar una clase -- para transmitir un conocimiento. El verme bien no implica que sepa transmitir conocimientos y el verme con pantalón de mezclilla y camisa blanca no implica que no sea un as en el profesorado. Si eso fuera, imaginen lo que se pensaría de Einstein, digo, con esos pelos que se cargaba... o de Marie Curie, con sus faldas parchadas y oliendo a polilla... o de Pasteur, con la ropa manchada con sangrita y oliendo a formol. Yo a mis maestros jamás los aprecié o menosprecié por el tipo de camisa que usaban, los zapatos que boleaban o los autos que  manejaban. Eran buenos maestros porque ERAN BUENOS maestros y eran malos maestros porque -- ¡Futa Madre! -- eran PESIMOS maestros.

La docencia no se debiera medir con un nombre de diseñador...de hecho, nada justifica este mal hábito que tiene la gente...




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Primer Sábado de Mayo...

Es el primer sábado de Mayo... Siempre se siente la emoción en el aire, desde que el reloj da las doce y sabes que es la madrugada de ese primer sábado. Lo sientes alrededor, lo sientes en cada fibra, sientes que llegar a la meta te dará la oportunidad de hacer historia.

Sólo los grandes hacen historia.

No creo que exista uno más grande que Secretariat... aunque Sunday Silence e Easy Goer pudieran ser cercanos. Pero hablar de Secretariat es como hablar de Dios en las patas de uno de los nuestros; es hablar del viento, del relámpago hecho carne. Me hubiera gustado verlo... aprender una que otra cosa de su parte, pero por ahora simplemente estaré esperando mi momento. Hoy es el momento. Es el día en que todo el trabajo se resume en minutos sobre una pista rápida. Todos corren para lograrlo pero todos tienen miedo - tal vez como yo - de que el no conseguirlo signifique borrarse entre las olas.

Tengo que ser más fuerte. Más ágil,  más listo y más rápido que los otros diecinueve que vienen conmigo. Murmuran cosas que no entiendo, que no quiero entender. No quiero escuchar lo bien que se ve este, lo hermoso que se ve aquel, que la carrera x que ganó y o que los récords que xy tienen sobre z... Yo quiero correr. Quiero volar por un momento y luego que todo pase. No quiero pensar. No quiero sentir. Quiero sentirme el viento, quiero dormirme un momento sobre la pista y dejar que mi alma sea la que ocupe el lugar de mi cuerpo - no sentir el azote del látigo, ni el golpeteo del jinete sobre mi espalda. ...

Mirad...

He cruzado primero la meta...


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1 er ENCUENTRO DE ESCRITORES DE JUAREZ -- CONVOCATORIA OFICIAL

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Teacher Appreciation Week

One looks back with appreciation to the brilliant teachers, but with gratitude to those who touched our human feelings.  The curriculum is so much necessary raw material, but warmth is the vital element for the growing plant and for the soul of the child.  ~Carl Jung



This week is Teacher Appreciation week. In Mexico, we have Teacher's Day (May 15th) and usually we get invited to lunch or dinner by the schools we work at... o though it seems that the school I work at this year will not be providing with such luch/dinner. And even thought I know that I have quite a few flaws and I am still a newbie at this teaching thing, I want to give a big THANK YOU to all those teachers who have inspired me throughout this life. I hope that they gave the same inspiration to others as they did to me.


They say that those who can't do teach. I say, put all those people who CAN do in a room with eager minds with different needs and try to show them how to do those things you know how to do, then we'll talk. Teaching is more than coming day-in-day-out, give a class and off you go to get a paycheck. To me, teaching is pouring your heart and soul into a classroom and hoping that you have made a difference in someone's life. Teaching is listening to the needs of your students; it's opening their minds to the world of awe and wonder. It's making sure they understand the material you're trying to show them. A teacher is a guide... and there are a lot of people out there who don't deserve that kind of power.


There is a poem I would like to share with you. It tells everything I would like to say about what a teacher does. I hope you enjoy it as much as I did...


What Teachers Make, or
Objection Overruled, or
If things don't work out, you can always go to law school


By Taylor Mali
www.taylormali.com

He says the problem with teachers is, "What's a kid going to learn
from someone who decided his best option in life was to
become a teacher?"
He reminds the other dinner guests that it's true what they say about
teachers:
Those who can, do; those who can't, teach.

I decide to bite my tongue instead of his
and resist the temptation to remind the other dinner guests
that it's also true what they say about lawyers.

Because we're eating, after all, and this is polite company.

"I mean, you¹re a teacher, Taylor," he says.
"Be honest. What do you make?"
And I wish he hadn't done that
(asked me to be honest)
because, you see, I have a policy
about honesty and ass-kicking:
if you ask for it, I have to let you have it.

You want to know what I make?

I make kids work harder than they ever thought they could.
I can make a C+ feel like a Congressional medal of honor
and an A- feel like a slap in the face.
How dare you waste my time with anything less than your very best.

I make kids sit through 40 minutes of study hall
in absolute silence. No, you may not work in groups.
No, you may not ask a question.
Why won't I let you get a drink of water?
Because you're not thirsty, you're bored, that's why.

I make parents tremble in fear when I call home:
I hope I haven't called at a bad time,
I just wanted to talk to you about something Billy said today.
Billy said, "Leave the kid alone. I still cry sometimes, don't you?"
And it was the noblest act of courage I have ever seen.

I make parents see their children for who they are
and what they can be.

You want to know what I make?

I make kids wonder,
I make them question.
I make them criticize.
I make them apologize and mean it.
I make them write, write, write.
And then I make them read.

I make them spell definitely beautiful, definitely beautiful, definitely
beautiful over and over and over again until they will never
misspell either one of those words again.
I make them show all their work in math.
And hide it on their final drafts in English.
 
I make them understand that if you got this (brains)
then you follow this (heart) 
and if someone ever tries to judge you
by what you make, you give them this (the finger).

Let me break it down for you, so you know what I say is true:
I make a goddamn difference! What about you?




















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Straw Into Gold: The Metamorphosis of the Everyday

by
Sandra Cisneros


When I was living in an artists’ colony in the south of France, some fellow Latin-Americans who taught at the university in Aix-en-Provence invited me to share a home-cooked meal with them. I had been living abroad almost a year then on an NEA grant, subsisting mainly on French bread and lentils so that my money could last longer. So when the invitation to dinner arrived, I accepted without hesitation. Especially since they had promised Mexican food.

What I didn’t realize when they made this invitation was that I was supposed to be involved in preparing the meal. I guess they assumed I knew how to cook Mexican food because I am Mexican. They wanted specifically tortillas, though I’d never made a tortilla in my life.

It’s true I had witnessed my mother rolling the little armies of dough into perfect circles, but my mother’s family is from Guanajuato; they are provincianos, country folk. They only know how to make flour tortillas. My father’s family, on the other hand, is chilango from Mexico City. We ate corn tortillas but we didn’t make them. Someone was sent to the corner tortilleria to buy some. I’d never seen anybody make corn tortillas. Ever.

Somehow my Latino hosts had gotten a hold of a packet of corn flour, and this is what they tossed my way with orders to produce tortillas. Así como sea. Any ol’ way, they said and went back to their cooking.

Why did I feel like the woman in the fairy tale who was locked in a room and ordered to spin straw into gold? I had the same sick feeling when I was required to write my critical essay for the MFA exam—the only piece of noncreative writing necessary in order to get my graduate degree. How was I to start? There were rules involved here, unlike writing a poem or story, which I did intuitively. There was a step by step process needed and I had better know it. I felt as if making tortillas—or writing a critical paper, for that matter—were tasks so impossible I wanted to break down into tears.

Somehow though, I managed to make tortillas—crooked and burnt, but edible nonetheless. My hosts were absolutely ignorant when it came to Mexican food; they thought my tortillas were delicious. (I’m glad my mama wasn’t there.) Thinking back and looking at an old photograph documenting the three of us consuming those lopsided circles I am amazed. Just as I am amazed I could finish my MFA exam.

I’ve managed to do a lot of things in my life I didn’t think I was capable of and which many others didn’t think I was capable of either. Especially because I am a woman, a Latina, an only daughter in a family of six men. My father would’ve liked to have seen me married long ago. In our culture men and women don’t leave their father’s house except by way of marriage. I crossed my father’s threshold with nothing carrying me but my own two feet. A woman whom no one came for and no one chased away.

To make matters worse, I left before any of my six brothers had ventured away from home. I broke a terrible taboo. Somehow, looking back at photos of myself as a child, I wonder if I was aware of having begun already my own quiet war.

I like to think that somehow my family, my Mexicanness, my poverty, all had something to do with shaping me into a writer. I like to think my parents were preparing me all along for my life as an artist even though they didn’t know it. From my father I inherited a love of wandering. He was born in Mexico City but as a young man he traveled into the U.S. vagabonding. He eventually was drafted and thus became a citizen. Some of the stories he has told about his first months in the U.S. with little or no English surface in my stories in The House on Mango Street as well as others I have in mind to write in the future. From him I inherited a sappy heart. (He still cries when he watches Mexican soaps—especially if they deal with children who have forsaken their parents.)
My mother was born like me—in Chicago but of Mexican descent. It would be her tough street-wise voice that would haunt all my stories and poems. An amazing woman who loves to draw and read books and can sing an opera. A smart cookie.

When I was a little girl we traveled to Mexico City so much I thought my grandparents’ house on La Fortuna, number 12, was home. It was the only constant in our nomadic ramblings from one Chicago flat to another. The house on Destiny Street, number 12, in the colonia Tepeyac would be perhaps the only home I knew, and that nostalgia for a home would be a theme that would obsess me.

My brothers also figured greatly in my art. Especially the older two; I grew up in their shadows. Henry, the second oldest and my favorite, appears often in poems I have written and in stories which at times only borrow his nickname, Kiki. He played a major role in my childhood. We were bunk-bed mates. We were co-conspirators. We were pals. Until my oldest brother came back from studying in Mexico and left me odd woman out for always.

What would my teachers say if they knew I was a writer now? Who would’ve guessed it? I wasn’t a very bright student. I didn’t much like school because we moved so much and I was always new and funny looking. In my fifth-grade report card I have nothing but an avalanche of C’s and D’s, but I don’t remember being that stupid. I was good at art and I read plenty of library books and Kiki laughed at all my jokes. At home I was fine, but at school I never opened my mouth except when the teacher called on me.

When I think of how I see myself it would have to be at age eleven. I know I’m thirty-two on the outside, but inside I’m eleven. I’m the girl in the picture with skinny arms and a crumpled skirt and crooked hair. I didn’t like school because all they saw was the outside me. School was lots of rules and sitting with your hands folded and being very afraid all the time. I liked looking out the window and thinking. I liked staring at the girl across the way writing her name over and over again in red ink. I wondered why the boy with the dirty collar in front of me didn’t have a mama who took better care of him.

I think my mama and papa did the best they could to keep us warm and clean and never hungry. We had birthday and graduation parties and things like that, but there was another hunger that had to be fed. There was a hunger I didn’t even have a name for. Was this when I began writing?
In 1966 we moved into a house, a real one, our first real home. This meant we didn’t have to change schools and be the new kids on the block every couple of years. We could make friends and not be afraid we’d have to say goodbye to them and start all over. My brothers and the flock of boys they brought home would become important characters eventually for my stories—Louie and his cousins, Meme Ortiz and his dog with two names, one in English and one in Spanish.
My mother flourished in her own home. She took books out of the library and taught herself to garden—to grow flowers so envied we had to put a lock on the gate to keep out the midnight flower thieves. My mother has never quit gardening.

This was the period in my life, that slippery age when you are both child and woman and neither, I was to record in The House on Mango Street. I was still shy. I was a girl who couldn’t come out of her shell.

How was I to know I would be recording and documenting the women who sat their sadness on an elbow and stared out a window? It would be the city streets of Chicago I would later record, as seen through a child’s eyes.

I’ve done all kinds of things I didn’t think I could do since then. I’ve gone to a prestigious university, studied with famous writers, and taken an MFA degree. I’ve taught poetry in schools in Illinois and Texas. I’ve gotten an NEA grant and run away with it as far as my courage would take me. I’ve seen the bleached and bitter mountains of the Peloponnesus. I’ve lived on an island. I’ve been to Venice twice. I’ve lived in Yugoslavia. I’ve been to the famous Nice flower market behind the opera house. I’ve lived in a village in the pre-Alps and witnessed the daily parade of promenaders.

I’ve moved since Europe to the strange and wonderful country of Texas, land of polaroid-blue skies and big bugs. I met a mayor with my last name. I met famous Chicana and Chicano artists and writers and políticos.

Texas is another chapter in my life. It brought with it the Dobie-Paisano Fellowship, a six-month residency on a 265-acre ranch. But most important, Texas brought Mexico back to me.

In the days when I would sit at my favorite people-watching spot, the snakey Woolworth’s counter across the street from the Alamo (the Woolworth’s which has since been torn down to make way for progress), I couldn’t think of anything else I’d rather be than a writer. I’ve traveled and lectured from Cape Cod to San Francisco, to Spain, Yugoslavia, Greece, Mexico, France, Italy, and now today to Texas. Along the way there has been straw for the taking. With a little imagination, it can be spun into gold.
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Octopus's Garden Year Deux


 
En verdad, I'd like to be, under the sea....

No hay mejor lugar en esta ciudad. Buenos amigos, buena música, anécdotas y reflexiones que nos hacen pensar e imaginar que vivimos en este lugar debajo del mar, donde no existen las balas, ni la guerra de Calderón, ni el cáncer, ni nada de eso. Es simplemente una reunión de amigos en un lugar que acoge, que te hace sentir bien y que te hace pensar en que ora si todo lo que necesitas es amor.

Este año se cumplen dos años desde que se inauguró el Octopus's Garden, o como lo conocemos mejor, la casa de Suki. Si ese patio contara las anécdotas de los amigos, los gatos y los vecinos de la Suki, tal vez se haría una tremenda novela llena de aventuras, Charlie the Unicorn y Beatles como música de fondo. Como ocurrió el año pasado, los hot-dogs y los smores alrededor de la fogata fueron el platillo fuerte acompañado de cerveza, vodka y ice-cream. A las doce hicimos el ya tradicional salto de la llama --- una tradición derivada del Beltane, que dice que saltar la llama hace tener suerte durante el año... y mira que necesitamos tenerla. Vivir en esta ciudad, uno necesita todos los santos y ayuda posible.


Salut then, al garden. Que los dioses me lo guarden y protejan todo un año más junto con sus dueños.






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Otro de nuestros múltiples problemas...

Cuentario:
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: "“Omar” se inyecta heroína. FOTOS: Ismael Villagómez Repunta consumo de drogas duras; descuidan gobiernos adicciones * Por Antonio Flores..."
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