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Letras y Cafe: Crónica de un Encuentro

Shoot for the Moon. Even if you miss, you'll still land amongst the stars
-- Les Brown 

Antonio me dice que no tenemos idea de lo que hicimos. Que movimos al mundo en 4 días, que todos han quedado impresionados por lo que tres voluntades pueden hacer. Me dice que ya extraña el bullicio, el estrés, la adrenalina, y que se siente solo. Me dice que de vez en cuando el recuerdo de lo ocurrido le roba el aliento y tiene que sentarse a tranquilizarse. Me dice con convicción creyente que todavía no nos cae el veinte --- que todavía no me cae el veinte de lo que acaba de pasar.

Yo sólo lo escucho. Durante meses sólo he logrado escucharlo/leerle sus histerias y he tratado de comerme sus ansiedades para que continúe su buen funcionamiento. Siento que ese ha sido mi trabajo, mi valiosa contribución al desarrollo del encuentro: tragarme los demonios que asechan para que todo salga bien y a pedir de boca para que esto no se caiga. Y no es, como dice Antonio, que no me haya caído el vente, sino que tengo que hacerlo ajeno o de lo contrario la soledad del Sunday Morning After me tragará completa y alguien tiene que sobrevivir para contarla.

Los dioses saben los caminos; uno tiene que callarse y escuchar las instrucciones si es que quiere sobrevivir al ritmo del universo. 

Fue un 2 de septiembre cuando me citó en un Sanborn's a tomar una taza de café. Tal vez no recuerdo al detalle la conversación del día, pero recuerdo perfectamente el sabor del café: sabía a esperanza, a emoción. El llamado para hacer un taller literario junto con una serie de proyectos llegaba en un momento donde a mi vida ya le faltaba el significado, se volvía monótona y necesitaba un jolt. Recuerdo haber pensado, "pinche sueño guajiro, seguro en dos meses se le pasa y luego van a pasar otros diez años..." porque ese era el tiempo que llevábamos sin hablarnos (y hasta la fecha, la pregunta de "¿Por qué yo?" me quita el sueño por las noches pues hasta este punto de la historia yo estaba retirada del writing bisness y considero que habría mejores personas capaces de hacer el trabajo... pero divago). Luego, en Enero, pasó lo de Susana. Ahí fue donde el Encuentro fue concebido entre café, cerveza, ego y sudor. Se llamaría Susana Chávez y yo me opuse, no porque no me agradara Susana, sino porque los honores deben hacerse en vida, ya muertos ni las gracias son necesarias que el tiempo se olvida de uno y luego solo queda el cascarón de ¿y quién fue y por qué le pusieron su nombre?.


Fue una segunda taza de café en el Sanborn's cuando se conformó el equipo de trabajo. Nunca delegamos nada. Haríamos lo mejor que podíamos hacer. Por mi parte, la Universidad Regional del Norte había abierto sus puertas (porque buscaba notoriedad mas que nada) a cambio de publicidad. Fue generoso de su parte (por lo regular cobra por préstamo de aulas/instalaciones). En ese momento, teníamos nuestra primer cede. Hablamos de la inauguración y de las primeras mesas. Habríamos de sacar una convocatoria, porque cuando estamos en caliente la raza siempre nos dice que si pero a la hora de los chingadazos la raza tiende a decir que no y nos ha dejado colgados. Por esos tiempos estaba yo organizando la convención de comics Jutsu-Me y gracias a una idea dada por el depto. de promoción, nos contactamos con Olga Bashbush para ver la posibilidad de que fueran patrocinadores del evento, tal vez no económicamente (aunque esa era la tirada) pero sí con la presencia -- sabíamos que eso abriría algunas puertas. El Consulado y sus representantes (Olga y Juan Pablo Santana) nos dieron la luz verde y entonces no sólo teníamos luz verde, sino que teníamos ya la realidad tangible. Esto ya era imparable. Tercer café. Are you in, or are you out, right now. Y todos dijimos, "I'm in".

Alguien tiene que ser.  Si íbamos a hacer esto lo haríamos independientes de las instituciones. Estábamos cansados de ser ignorados por las mismas. Queremos recuperar la ciudad de la violencia, darle una razón de ser, no más muertos, no más narco --- queremos recuperar los espacios públicos que las instituciones han dado por olvidados. Nos sentamos a delinear nuestra convocatoria. Escritores nacidos en Juárez o radicados en Juárez por más de seis meses tendrían derecho a participar. No importaba si tendían currúculum, si habían publicado o no. Lo que importaba era que escribieran y que -- como nosotros -- estuvieran dispuestos a regresarle a Juárez un poco de lo mucho que la ciudad nos había dado. Con veinte solicitudes que nos lleguen -- pensamos -- estaremos bien. Abrimos una cuenta de correo electrónico para recibir dichas solicitudes y yo ligué esa cuenta a mi cuenta personal. Hasta la fecha hay aproximadamente 100 correos de personas que quisieron participar o de personas que desearon que leyéramos su material. Si todavía no he regresado esos correos, pido disculpas y paciencia: estoy leyendo cada uno de sus correos. Fue también por estas fechas cuando nos dejamos llevar por el monstruo de las redes sociales y -- con ya eventos planteados en la cafebrería (Fuera Canas, Open Mics)-- llegamos a una gran cantidad de gente.

Poco a poco fue creciendo la bola de nieve. De pronto teníamos el apoyo de la UACJ, el ICHICULT nos pedía unir esfuerzos y el Holiday Inn se prestaba para el evento. De pronto ya teníamos invitados de fuera, inserciones en el NORTE y menciones en diversos medios cibernautas. Decidimos hacer una página blog para sucesos del evento. Poco a poco fue llenándose con noticias... y todos estaban al pendiente de ver cuándo publicábamos las mesas de trabajo. Pedimos al ICHICULT boletos de avión y hotel para la gente que viniera de fuera. La U.R.N. hizo algunos contactos para ver lo de alguna comida y transporte. El consulado se ofreció a dar bocadillos a los que asistieran a su evento. Todo parecía estar saliendo a pedir de boca: una talentosa diseñadora gráfica, Suki Rosales, hizo el logo que nos caracteriza hoy y siempre.

 Edgar Rincón se encargaba de todo lo gráfico: banners, mantas, trípticos, cartas, memos... Antonio se encargaba de ir consiguiendo espacios, patrocinios, lugares, escritores... Y yo... yo me encargaba de que el blog continuara activo, de corregir algunos errores en las cartas, de dar entrevistas (algunas) y de ayudar en lo que pudiera. La verdad es que cada quien puso su granito de arena y poco a poco ese granito fue creciendo y se unificó a la perfección. Tuvimos rencillas, las remendamos y seguimos adelante. Nunca pusimos egos enfrente del objetivo en común. Siempre supimos que podíamos lograrlo.

Si hubo alguna rara vez cuando pensamos no poder lograrlo fue tal vez cuando nos negaron patrocinios, cuando nos hicieron largas para los boletos de avión, cuando no teníamos dinero para las comidas, cuando el transporte nos quedó mal o cuando no había ni para el café. Nos dijeron MAFIA porque callamos a nuestros críticos con acciones y no le rogamos a nadie --- sabíamos lo que cada uno de nuestros enemigos eran capaces de hacer y por ello  los empujamos al límite de sus paciencias. Supimos que nos acuchillaban por la espalda en otros encuentros alrededor del país (alacranes a las que les tuvimos confianza) pero ni eso nos hizo achicopalarnos. Sabíamos que era tarde para echarse para atrás.

Y de pronto el evento estaba en puerta. Habría que recoger gente al aeropuerto. Ya era la hora de la inauguración del evento. Y de pronto ya estábamos viendo realidad todo lo que propusimos con un café. Y de pronto estábamos en la Ma'Juana, en los camiones, en el Borunda y el Monumento. Y de pronto ya no era nomas una plática más de muchas. De pronto ya era realidad tangible. De pronto ya estaban aquí Monterrey, Tijuana, México DF, España y San Luis Río Colorado. De pronto ya estaban aquí todos esos escritores y de pronto habría que resolver problemas bajo la marcha. De pronto hubo rencillas que se tuvieron que resolver antes de que llegaran a mayores. De pronto hubo romance, de pronto hubo de todo. De pronto hubo tequila, carne asada y buenas amistades. De pronto hubo poemas, narrativa, guión y novela gráfica. De pronto a alguien se le ocurrió hacer un encuentro con Los Hijos Bastardos de la Literatura. De pronto una niña toma el escenario y lee un grandioso poema. De pronto está su papá super orgulloso de ella. De pronto Susana se une a nosotros y se siente su presencia, se abraza de su amante y sonríe al ver aquello. De pronto sus amigos se acuerdan de ella. De pronto los camiones aplauden ante la presencia de los poetas y nos dan las gracias por estar aquí. De pronto me llegan textos para revisión para el próximo encuentro. De pronto nos piden fechas. De pronto queremos dormir. De pronto el carro se vuelve taxi. De pronto la lotería se gana un libro. De pronto los libros se vuelven negocio y tema de conversación. De pronto hay que unir mesas, hay que separar mesas, hay que poner autores, hay que bajar autores, hay que hacer migas con enemigos, hay que separar a los amigos. De pronto hay mucho y hay poco qué decir.


Y de pronto hubo nada. De pronto se acabó todo. De pronto estábamos solos en la sala de clausura. De pronto ya no escuchamos las voces y ya no sentimos los fantasmas. De pronto ya no teníamos la presión. De pronto estábamos cada quien uno con su alma y conciencia. De pronto nos entró la malilla y ni el pan con cocacola nos ayudó. Nos fuimos a Literatura en el Bravo para tratar de alcanzar ese bullicio una vez más y ni con el Fuera Canas! del Día lo logramos conseguir. Extrañamos todo aquello.

Tal vez, pienso ahora que escucho a los Stones, nos haga falta sentarnos a beber otra taza de café, a ver qué sueño Guajiro nos alcanza.

Tal vez, pienso ahora que escucho al silencio que abraza la noche, esta vez, lo hagamos diez veces mejor... 

Ustedes, los que estuvieron frente a nosotros, son los que tienen la última palabra.

Salud!


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