Lo peor que le pudo haber pasado a Dios
Es darse cuenta de su inmortalidad…
Y luego ver hacia abajo
Para ver que no hay nadie ahí para recordarlo.
¡Qué triste ha de ser sin nadie a quién contarle,
Sin nadie a quién confiarle,
Sin nadie con quién compartir!
Líbrame, angelito de mi guarda,
De semejante calvario y tortura;
De que yo no viva por siempre,
Porque eterno significa eternamente,
Y hasta el más diablo de todos nosotros
Se aburre y se convierte en santo,
Nomás pa' ver lo que se siente.
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