El Pelón
(Del Recetario de mi Padre)
Yo vivía allá por la Bellavista. Y me acuerdo mucho que cuando nos cambiamos de la Plomo a la Bellavista, pos todos mis amigos estaban en el otro barrio y como que estaban muy lejos. Y me acuerdo mucho que un día, mi abuela nos cortó el pelo porque había epidemia de piojos entre los primillos y hermanillos y el que la llevó fui yo porque me cortaron el pelo así casi a raz. Total que en uno de esos días estaba yo allá afuera de la casa, tristeando porque no me habían dejado ir a jugar con mis compas (que vivían del otro lado del arroyo) y estaban los chavos del barrio jugando Beisbol. Y entonces ¡pum!, que uno de ellos le pega a un elevado y la bola me cae a mí en los pies, así, derechito. Pos resulta y resalta que uno de los chavos me grita, “¡Tírala, Pelón!” y yo me levanté y que les tiro la bola… ¡Fuuum! Mira, tenía un brazo… total que los otros todos con la boca abierta que casi se les cae la baba porque yo tendría unos cinco o seis años y les aventé la bola como el mejor de los pícheres que estaban jugando en su equipo (todos eran como de doce o diez años). Entonces me dijeron, “¿sabes jugar?”. “No,” les dije. “Pos véngase, Pelón, aquí le enseñamos.” Así fue cuando empecé a jugar Beisbol…
Porque yo jugué beisbol. Hasta la fecha nadie sabe por qué empecé a jugar beisbol si en la familia nadie había jugado beisbol antes, pero después de mi, todos los hijos de mis hermanas jugaron beisbol y fueron campeones en sus ligas. Yo fui campeón con los Pollitos de la Altavista, que fue de los primeros equipos que jugaron con uniforme profesional y toda la cosa, y jugué hasta los doce. En la secundaria fue cuando empecé a jugar básquet, y también era bueno jugando básquet. Pero Pelón siempre me siguió, aún cuando tenía yo mi melenota de Los Beatles.
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