0

Entre Lineas -- 3

Episodio 3: La Unica Cosa Peor que Puedes Tener en la Vida es Talento Desperdiciado


Rag vio venir a Leyb acompañado de una de sus amigas. El nombre de la chica era Góspel. Era una mujer alta, no era muy delgada sino mas bien rolliza y bien pechugoncita, con el cabello largo y chino, ojos almendrados y piel canela. Sus alas eran blancas. Vestía con pantalones de mezclilla aguados que prácticamente arrastraban de lo largos que eran, camiseta aguada y un gran número de pulseras que hacían ruiditos como cascabeles cuando movía las manos (esa mujer hablaba con las manos). Traía colgados dos collares: uno con una cruz y el otro con el mechón de pelos que ella decía eran de un niño (la cruz, ella aseguraba que era de alguien que todavía no conocía pero que ya mero, ya mero). Verlos juntos era así como ver el circo venir. Se la llevaban muy bien y usualmente las carcajadas de ambos se podían escuchar por muchas cuadras a la redonda. Por eso, al verlos llegar a su casa, Rag sintió así como han de sentir los venados cuando se ven acorralados por los cazadores. Se aferró a su palita de jardinería y tragó saliva.

- Rag, ¿estás ocupado? – preguntó Leyb sentándose al lado del ángel que le mostraba la palita y le hacía entender que estaba ocupado en la jardinería de su casa. Góspel se sentó del otro lado.
- Queríamos saber si te interesa darle en su madre a Vodka – dijo Góspel muy quitada de la pena. Rag se volvió a verla con ojos desorbitados.
- ¡Góspel! Discúlpala, a veces se le olvidan sus modales. Pero bueno, ¿quieres?
- No es que tengas mucha opción. – dijo Góspel entregándole el paquete de participación. Rag vio aquello con cara de duda – ¿No es grandioso? ¡Eres parte del equipo! – y con esto, le dio un abrazo. Rag se la quitó de encima, con ojos de demandar una explicación – Leyb te inscribió como parte del equipo para los Juegos en donde le vamos a partir su madre a Vodka... oye, Leyb, si le vamos a partir su madre a Vodka, ¿no es como partírsela a la Reina Música?
- Emocionante, ¿verdad? – Leyb reía tontamente.
- ¡CON UNA CHINGADA! ¡¿Y A TI QUIEN CARAJOS TE DIJO QUE YO QUERIA PARTICIPAR EN SEMEJANTE PENDEJADA?!

Góspel y Leyb vieron a Rag, quien respiraba agitado y acababa de gritar aquello.

- Vaya, - dijo Leyb – nunca pensé ver el día... Rag, mira, necesitábamos un miembro más porque Ska no quiso que Beau participara y pues tu nombre fue el primero que se me vino a la mente. Mira, vamos a estar tú, yo, Góspel, Devon y Rave. Ni siquiera tienes que hacer nada, nomás pararte ahí y verte bonito.
- Que en tu caso no va a ser problema bombón. – dijo Góspel corriendo un dedo por el brazo de Rag de manera seductora, aventándole un besito luego. Rag sintió los escalofríos recorrer su cuerpo.
- Además, no querrás que todo el mundo piense que eres una gallina, ¿verdad? – dijo Leyb a punto de hacer el "vuelo de la gallina" pero luego Rag lo vio sin expresión en el rostro - Okey, mal ejemplo (a ti no te importa qué diga la gente de tu ya peculiar estilo de vida ahora que me acuerdo). Pero será algo nuevo, divertido y que nunca has hecho en tu vida. ¿No me andas diciendo toda la vida que te gusta experimentar y madres de esas?
- ¿Habla? – dijo Góspel.
- ¿No escuchaste las palabrotas que se aventó ahorita?
- No pos sí.
- Está bien – dijo Rag serenamente. Ambos se volvieron a verlo (cuando Rag habla...) - lo haré... bajo una condición.
- La que sea – dijo Leyb.
- Que ella cante bajo mi dirección en la ceremonia de clausura – dijo Rag apuntando a Góspel, quien vio a Leyb con aire de desgracia.
- Esta soy yo, tomando una bala por el equipo. – dijo en tono melodramático. Luego, cerrando los ojos y mostrando su hombro al bajarse el cuello de la camisa, prosiguió con su melodrama – Está bien, Maese Ragdelion: cantaré en la ceremonia de clausura lo que usted quiera que cante.
- Bien – dijo Rag sonriendo y poniéndose de pie - ¿Hay algún ensayo o práctica o algo?
- Hoy, en el barranco del muerto, en dos horas – dijo Leyb casi sin entender.
- Bien. Voy a buscar mis patines y mi palo de hockey. Los veré ahí.

Rag entró a su casa cargando con su paquete. Leyb miró a Góspel con cara de asombro y duda a la vez.

- ¿Tiene patines? – preguntó Góspel.
- Deja tu eso, el desgraciado SABE dónde está el barranco del muerto, ¡y tiene un palo de hockey!

A la hora indicada, ahí estaba Rag, con su palo de hockey y sus patines al hombro, vestido de camiseta de tirantes y pantalones cortos que permitían ver sus rodilleras algo gastadas. Todos los invitados a la barranca estaban así como que con la baba caída pues de todo se imaginaban, menos que Rag anduviera en esas cosas. Ahí estaban Leyb y Devon, el primero abrochándose los patines y el segundo con cara de angustia y de que prefería estar en todos lados menos ahí. Luego estaban Góspel acomodándose las rodilleras y Rave, estirando las alas. Rave era un joven delgado y de aspecto demacrado, que fumaba como chacuaco y que tenía el cabello maltratado, mal cortado y de muchos colores. Tenía unos hermosos ojos plateados y alas del mismo color; su piel era clara, con sus brazos tatuados desde los dedos hasta los hombros. Usaba dos argollas en cada ceja y un piercing en la lengua. Era como que el vocero de las fiestas "underground", mismas que organizaba con majestuosa maestría. Se decía que tenía nexos muy fuertes y que inclusive había sido uno de los pupilos brillantes de Danká, pero nada era comprobable. Entre el grupo también estaba Beau, pues el barranco estaba justo en las orillas de la ciudad y por lo tanto era territorio que Beau podía pisar sin temor a ser ejecutado a la vista.

- Bueno – dijo Rag empuñando el palo de hockey - ¿a quién nos chingamos primero?
- Calma amigo. Primero, ¿ya conoces al clan? – dijo Leyb – Clan, este es Rag; Rag, el Clan.
- Sí, - dijo Rag viendo de reojo a Rave – todavía recuerdo la fiestecita en el jardín de mi casa.
- ¡Jhá! – exclamó Rave viendo a los demás – Si no ha sido porque el Paco se tira un clavado desde el tercer piso, nadie se hubiera dado cuenta. Pusimos una barrera de sonido muy buena.
- Bueno – dijo Leyb poniéndose de pie y sacudiendo sus manos – vamos a irnos por el barranco para ver quién sobrevive – mientras hablaba, Rag se acomodó el palo de hockey en la espalda e hizo desaparecer sus alas ante las miradas de duda de todos los demás – nos vamos a ir por el barranco, patinando y... evitando... los riesgos... Rag, ¿qué haces?
- Nos vemos abajo – dijo Rag aventándose. Todos lo siguieron (bueno, menos Beau, quien se fue por el camino seguro).

Llegaron al pie del barranco todos raspados, golpeados, pero atacados de la risa. Rag respiró profundamente una vez que todos estuvieron ahí.

- No he perdido forma – dijo estirándose.
- ¡Esto estuvo estúpidamente genial! – exclamó Leyb dándole una palmada en la espalda a Rag - ¿Cómo carajos hiciste eso?
- Fui campeón en los primeros dos años de los Juegos – dijo Rag suspirando y mostrando sus dos dedos. Sonreía con cierto grado de orgullo y su voz estaba llena de gratos recuerdos de su juventud. Fue cuando cayeron en cuenta de que Rag tenía (en realidad) alrededor de ochenta años.
- ¿Fuiste campeón? ¡¿Y nunca se te ocurrió decirnos nada?! – exclamó Rave.
- ¿Cuál era TU evento? – preguntó Góspel. Rag rió animosamente.
- ¡La caída en picada!
- ¿Quién te derrotó? – preguntó Leyb con curiosidad.
- Nadie. Al tercer año ya no quise hacerlo, así de sencillo. Luego ya fueron eventos en equipo y como que perdió ese "algo" del peligro, ¿no?- Rag dio una risilla traviesa, se encogió de hombros y agregó – Supongo que en el fondo fue una de esas cosas estúpidas que uno hace por una mujer.

El Rey de las Hadas es taaan guapo!

Hoy fue la gran recepcion para darle la bienvenida a nuestro "nuevo aliado". Para empezar, estaba yo muy emocionada porque la lista de invitados era enorme y este era como que mi primer baile. Ah! Porque resulta que aprovechando la oportunidad, esta fiesta fue mi debut/presentacion ante los gobernantes/introduccion a nuestros nuevos aliados. Pues que ahi tienes que Neila se encargo de todo el evento y aquello quedo her-mo-so. Desde los detalles de las fuentes del palacio, las figuras de hielo y los cisnes en el lago, hasta las piezas que tocaria la orquesta, los aperitivos, los adornos del salon, de todo se encargo ella. La adoro. Es como la mama que tuve pero que no tuve al mismo tiempo.

Mi vestido era lindisimo. Era de colores blancos y azules, y se miraba muy lindo con mi cabello recogido. Mi Anya estaba muy emocionada porque iba a lucir las joyas de mi madre por primera vez y yo pues con mayor ganas. Las doncellas se encargaron de banarme, acicalar mis cabellos, vestirme y darme frutas para no pasar hambres. Neila estuvo al pendiente de todo durante todo momento, e inclusive ensayamos el vals y la entrada que haria ante todos los de la corte. Mis doncellas lucirian vestidos en lila con peinados lindisimos. Ay no, yo estaba emocionada, divertida, y sobretodo nerviosa. Queria agradar al Rey de las Hadas y a toda mi corte con todo mi corazon.
Los primeros en llegar fueron los Condes de Chantrea, con su hijo, el hermoso Ingram. Ese hombre tiene los ojos mas hermosos que yo haya visto en mi vida. Insfendarmad y toda su guardia lucian sus casacas de lujo, bueno, con decirte que hasta Anala y Drehel se veian decentes. Maha, obviamente, era todo un lujo y Neila por supuesto que no se quedaba atras. Peigi se presento vestida de colores verdes y amarillos, se veia realmente linda.

El salon se lleno de gente tan pronto como comenzaron a sonar las campanadas para dar inicio. Y me puse muy nerviosa al caminar por la valla de mi corte y hasta el trono, pero lo logre. Cuando colocaron en mi cabeza la corona me senti como que queria volar o algo asi, toda llena de mariposas. Y entonces lo vi. Ahi estaba, entre todos los invitados, con su porte tan gallardo y sus ojos de fuego que me cautivaron desde que los pude detectar. Tiene el cabello largo, color miel. Y su voz... que voz! Bien asi, varonil y respetuosa, hasta me beso la mano antes de pedirme una pieza. Y es alto! Dioses! No se si me puse de todos los colores que senti en ese momento, cuando me dijo que me miraba hermosa, como una estrella de invierno. Como Neila me habia ensenado, yo sonrei timidamente y baje la mirada para satisfacerlo con un parpadeo. Parece que dio resultado, pues el se rio... eso o definitivamente yo para la coqueteria soy un nabo. El caso es que permanecio en palacio (si, esta aqui! Aqui!) porque manana vamos a tener una reunion oficial para nombrar al nuevo Consejo y que yo ya empiece a tener voz y voto en las decisiones del mismo. Y el va a estar ahi! Con sus ojos y con ese aroma! Huele tan rico! Y su nombre! Se llama Paris Alejandro. Ay, no me importa si se llama "mesa", sigue estando mmm-mmm-mmm!

Voy a dormir ahora. Quiero seguir bailando con el.



- Eras guapo. Universo dice que eras guapo.

Aik estaba recostado sobre la cama viendo al techo. Se había empinado una copa del whiskey que Heavy le había dado, pero el muy canijo había olvidado comentarle a su sobrino que la bebida en cuestión tenía polvos de pixie (pixie dust – un fuerte alucinógeno hecho con polvos de hada, belladona y hash) así que ahora Aik miraba colores muy vivos, los patrones de movimiento de sus manos y a Paris acostado a un lado de él.

- ¿Eso dice? – preguntó Paris mientras Aik veía sus manos maravillado.
- Te describe con "tus ojos de fuego que me cautivaron desde que los vi"... o algo cursi así. Oye, mi vieja era bien cursi.
- Era la REINA de la cursilería – dijo Paris fumando un cigarrillo. Aik lo vio extrañado.
- ¿Fumas?
- Sí.
- ¿Desde cuándo?
- Desde siempre, supongo. ¿Y qué más dice de mí?
- ¡Ay! – Aik volvió a ver al techo entre fastidiado y celoso – ¡Que te ama con locura y que se moría por besar tus labios acaramelados! Dime, ¿los besó?
- Más de una vez, mi amigo. ¡Y qué rico! Besaba bien, ¿eeh? Sea lo que sea, Universo sabía besar muy bien.
- Cállate.
- ¿Era buena en la cama? Digo, si era buena besuqueando, me imagino que habría de ser un torbellino en la cama, ¿no?
- ¿Te puedes callar?
- ¡Vamos, comparte los sucios detalles!
- No pienso compartir detalles sucios contigo ni con nadie. Pero si lo has de saber, sí: era una dinamita apasionada... una diosa sexual. Me encantaba cómo se miraba su piel con el sudor... (movió sus manos como si recorriera un cuerpo invisible encima de él) corriéndole por sus curvas y el sonido de su voz cuando se excitaba.
- ¡Rijoso! ¡Bestia!
- Pero, ¿sabes una cosa? – susurró Aik otro como que no quería ser descubierto.
- ¿Qué cosa?
- Que no sabía que tenía amigas.
- ¿Tenía amigas?
- Dos mujeres-naga que se fueron a vivir con ella luego de que nombraron al nuevo Consejo. De hecho, tú pusiste a la matriarca de ese clan de naga como tu representante. No todos estuvieron contentos con eso; decían que los naga hechizaban a la gente y las hacían cometer actos estúpidos y pecaminosos. Pero Universo los mandó mucho a la chingada y de todas maneras aceptó. Y como que nadie te podía decir que no, porque como eras el Rey de las Hadas y todo ese pedo. Pero yo nunca las conocí... ni ella las mencionó… ¿las habrá mandado a la chingada también a ellas?
- Universo mandaba a la chingada a todo el mundo, ¿te fijas? Mandó a la chingada al consejo, mandó a la chingada a los Caballeros sin Reina, mandó a la chingada las reglas dimensionales, mandó a la chingada las leyes de su reino, mandó a la chingada a Nocturnal, a Rag, a mí, y a ti una que otra vez. De hecho, a ti te mandaba a la chingada a cada rato, ¿por qué chingados te dejabas, güey?
- No sé... Tal vez porque estoy programado para ser masoquista.
- "Masoquista" ¡Por-fa-vor! Yo te voy a decir por qué: – dijo Paris incorporándose, viendo a Aik como quien ve a alguien bastante patético – porque el amor hace que los ángeles musicales se vuelvan medio pendejos y en tu caso, de por sí ya estabas medio pendejo, pos el amor vino a terminar el trabajito.
- ¡Qué patético soy! – exclamó Aik frotándose la cara con ambas manos - ¡Hasta mis alucinaciones me insultan! ¡Qué poca –!

Se levantó de un salto pero inmediatamente azotó como costal de papas porque el piso se movía para todos lados. Decidió entonces que lo más sabio era ir arrastrándose a la cocina, pues de pronto tenía hambre brutal. Y justo cuando cruzó la puerta del cuarto se le vino a la mente de que era luna llena.

- ¡A la chingada! – exclamó con voz aletargada.
- ¿Qué pasó? – dijo Paris. Aik lo vio frente a él, también tirado en el piso.
- Que me voy a convertir en chiva.
- Oye, ¿te la cogiste así, como chiva? Dicen las ninfas que los faunos son muy lascivos y muy bien dotados.
- ¡Eres un enfermo!
- Soy tu alucinación.
- ¡Soy un enfermo! – dijo y comenzó a llorar deprimentemente - ¡Dioses-es-ess-s-s-soy... una... chi-chi-chiva... en-en-en-enferma! – exclamó entre sollozos mientras cruzaba sus brazos para luego ocultar su rostro en ellos mientras continuaba llorando. Y ahí, Aik se quedó dormido.


TBC

0 comments:

Post a Comment

Siguiente Anterior Inicio

Memories